#40 Lee otro cuento esta noche
La edición de esta semana, viene de la mano de Alberto Abel.
Alberto ha pasado los últimos años en grandes tecnológicas y startups como Amazon, Alibaba, Tripadvisor y ODILO. Habla idiomas como el inglés, francés o portugués para conocer nuevas culturas y formas de pensar.
También es el creador de Hola Mundo Tech, una newsletter que combina tecnología, aprendizaje y el amor por la curiosidad. Si te gusta el artículo, te recomiendo que te suscribas a su newsletter semanal aquí.
Lee otro cuento esta noche
por Alberto Abel
El tipo de educación que queremos darle a nuestros hijos es una carrera de obstáculos en las que cada valla es una reflexión fundamental.
Voy a empezar con lo irrefutable primero: cuanto antes te involucres en su educación y cuanto más inviertas al principio, mejor retorno vas a obtener.
La curva de la inversión educativa
James Heckman es un famoso economista norteamericano que obtuvo el premio Nobel por su investigación sobre el impacto de la educación en las fases más tempranas de la infancia. Tiene una curva con su nombre y todo:
También defiende que tener hijos con un coeficiente intelectual (IQ en inglés) más alto no les lleva a tener más éxito en la vida. De hecho, todo lo contrario. En el artículo "If You're So Smart, Why Aren't You Rich?" se demuestra que un IQ mayor mejora la probabilidad de ganar más dinero en un 1% ó 2%. Y, sin embargo, el desarrollo de disciplinas y habilidades como la inteligencia interpersonal, la comunicación, la perseverancia o la auto-disciplina tienen un retorno mayor.
Pero, un momento, "mis hijos no son un instrumento financiero o una inversión". No lo son, pero en algún momento aportarán valor a la sociedad gracias a su código ético, conceptos y habilidades que vayan desarrollando a lo largo de su vida.
La comprensión lectora: la base de los problemas de adulto
Es más importante dedicar tiempo a la lectura que a aprender a montar en bici o a usar la tablet. Crear el hábito de la lectura, ya sea leyendo cada noche antes de dormir o por las mañanas, haciendo visitas recurrentes a librerías y bibliotecas o poniendo los libros a su alcance en casa, es un ochenta por ciento de su capacidad de aprender mejor en sus próximos años.
Existe un examen internacional para niños y niñas de 15 años (bueno, ya podemos llamarles "chavalería") llamado PISA, que se centra en evaluar el rendimiento de millones de alumnos en todo el mundo en lectura, matemáticas y ciencias porque se consideran los fundamentos de la formación permanente de los estudiantes.
El último examen, de 2022, deja dos verdades como puños:
1) Tenemos que cambiar esa opinión de "ojalá tengamos una educación como en Finlandia" por la de "en Asia": Singapur, Japón y Hong Kong son los países con mejores resultados.
2) Los malos resultados en matemáticas y ciencias no vienen por no saber "aplicar la fórmula" sino por no entender bien el enunciado del problema.
El papel de los idiomas
El próximo examen PISA de 2024 y 2025 va a incluir, por primera vez en su historia, una prueba de nivel de inglés.
¿Es el inglés el idioma del futuro? Desde nuestro prisma europeo, ocurre algo muy curioso. Tras la salida de Reino Unido de la UE, el alemán se convierte en el primer idioma con más hablantes, seguido del francés, el italiano y el español.
Pero no podemos dejar de mirar el globo terráqueo desde nuestra ventanita de la nave espacial: el inglés y el chino seguirán siendo los idiomas más hablados. El indio, el bengalí y el árabe seguirán creciendo porque tienen tasas de natalidad más altas. Y eso repercutirá también al francés de los países en África. El español sigue creciendo aunque a menor ritmo y ya lo tenemos de serie. Menos mal. Eso deben de pensar también los angloparlantes.
La llegada de la IA puede cambiar completamente la manera en la que entramos en contacto con personas de todo el mundo. Ya es una realidad si lo hablamos con un chino por chat, en el que cada uno ve la conversación en su idioma natal. Pero la traducción oral simultánea (me pongo unos cascos y hablo y escucho en mi idioma) es algo que ya ha dejado de ser propiedad de Asimov o Kubrik.
La fórmula de qué idioma aprender es un equilibrio entre cantidad, calidad y atractivo. Idiomas que hablen millones de personas en sociedades pero que tengan una influencia a todos los niveles (social, económica y cultural) y que tengan barreras de aprendizaje bajas (cercanía, contenido disponible, facilidad de adquisición y uso).
Puede parecer atractivo estudiar árabe, pero puede que no sea una cultura con la que te veas representada. O quizás te encante escuchar samba y ver películas como "Ciudad de Dios" o "Tropa de Élite" pero no ves acabar trabajando o viviendo en Brasil, Portugal o Angola.
Estos dos gráficos ilustran muy bien hacia dónde va el mundo en términos de calidad y cantidad. Lo atractivo que sea para tus hijos aprender un idioma y una cultura, depende de tí.
Con qué nos quedamos
Nuestros hijos son verdaderas esponjas entre los 0 y los 5 años y cuanto antes les involucremos en el hábito de la lectura y los idiomas, mejor.
No significa que vayan a ser mejores personas, lo cual es un aspecto de lo que podemos hablar con una cerveza en la mano cualquier día de estos. Ahí entran factores como los valores que respiren en casa, en clase y en general con las personas que les rodean.
Vamos a enfocarnos en todo aquello que esté bajo nuestro control para que sean personas más preparadas y con mejores herramientas para esta vida tan competida y competitiva.
Léeles un cuento esta noche.