#41 Accountability
Escribo esta edición tras mucho reflexionar sobre el desastre que ha ocurrido esta semana en Valencia. Ha sido un horror y siento mucho lo que infinidad de personas han tenido que sufrir.
Se escucha mucho la palabra “desamparados”. Desamparados por unos líderes que no han estado a la altura de la situación. Desamparados e indignados por la falta de “accountability”.
Y he pensado: ¿Cómo podemos educar a nuestros hijos para que sean “accountable”?
Qué es ser accountable y por qué es fundamental
Una de mis palabras favoritas en inglés es accountability. Es una de esas palabras que no existen en español y que creo que nos falta.
Cuando hablamos de enseñar a nuestros hijos a ser accountable, nos referimos a algo más que simplemente enseñarles a ser responsables. En inglés, accountability implica una actitud activa frente a los resultados de nuestras acciones. No solo se trata de cumplir con lo que se espera de nosotros (que sería el equivalente más cercano a responsabilidad en español), sino de asumir un compromiso personal para reconocer nuestros errores, aprender de ellos y rendir cuentas sin culpar a otros. Es una responsabilidad que surge desde dentro. Añade un matiz de autoexigencia y transparencia. Y bien usado nos lleva a la mejora constante.
Desde temprana edad
Es crucial comenzar a inculcar el ser accountable desde los primeros años. Los niños, incluso desde los dos o tres años, son capaces de entender que sus acciones tienen consecuencias. Cuando, por ejemplo, rompen un juguete por no haber sido cuidadosos, podemos aprovechar para hablarles sobre el valor de cuidar sus pertenencias. No se trata de hacerles sentir mal. Se trata de que comprendan que sus acciones tienen unas consecuencias.
A medida que crecen, las situaciones se vuelven más complejas. A los siete u ocho años, pueden aprender a hacerse responsables de tareas sencillas en casa, como recoger sus juguetes o cuidar de una planta. Estas pequeñas responsabilidades les muestran que ellos tienen control sobre ciertos aspectos de su entorno, y que asumir compromisos los hace sentirse útiles y valiosos.
En la adolescencia
En la adolescencia, el accountability toma especial importancia. Los adolescentes empiezan a enfrentarse a decisiones con consecuencias más significativas y, muchas veces, pueden sentir la tentación de culpar a otros por sus problemas. Es en esta etapa donde más necesitamos recordarles la importancia de ser responsables. Al darles la oportunidad de reflexionar sobre sus errores sin castigos desproporcionados, les ayudamos a entender que equivocarse es una parte natural de la vida y que lo importante es aprender de esos errores.
Consecuencias naturales: el mejor aprendizaje
Uno de los métodos más efectivo es permitir que los hijos enfrenten las consecuencias naturales de sus actos. Esto no significa dejarlos solos ante situaciones difíciles, sino guiarlos para que entiendan el vínculo entre sus acciones y los resultados que obtienen. Cuando un niño ve que, al no hacer los deberes, luego no tiene tiempo para ir a jugar con sus amigos, empieza a comprender que sus elecciones tienen un impacto real.
Es importante que, como padres, estemos presentes para ofrecer apoyo y guía sin interferir de forma excesiva. Por ejemplo, si olvidan su mochila en casa, podemos hablar sobre cómo organizarse mejor la próxima vez en lugar de correr a llevarles lo que olvidaron.
Comunicación abierta y honesta
Para que nuestros hijos se sientan cómodos asumiendo la responsabilidad de sus acciones, necesitan saber que pueden confiar en nosotros. La comunicación abierta es la base para que se atrevan a contarnos sus errores sin miedo al castigo o la humillación. Si nos mostramos comprensivos y dispuestos a escuchar, ellos aprenderán a enfrentarse a sus problemas con una actitud positiva, sabiendo que tienen nuestro apoyo.
Es fundamental que ellos sepan que reconocer un error no es un motivo de vergüenza, sino una oportunidad para crecer. Podemos mostrarles ejemplos de nuestras propias experiencias, cómo nosotros también hemos aprendido de nuestros errores. Este tipo de comunicación fomenta el hábito de reflexionar y hablar de sus problemas sin temor.
Dar ejemplo
Nuestros hijos aprenden mucho más de lo que hacemos que de lo que decimos. Si queremos que ellos asuman la responsabilidad de sus acciones, debemos ser nosotros mismos un ejemplo de accountability. Esto significa aceptar nuestros propios errores y mostrarles cómo trabajamos para corregirlos. Al vernos asumir nuestras equivocaciones, ellos entenderán que la responsabilidad no es una carga, sino una oportunidad para mejorar.
No os podéis imaginar lo poderoso que es cuando admites delante de tus hijos que te has equivocado en algo. Es difícil y muchas veces requiere tragarse el orgullo, pero vale la pena.