Los niños vienen al mundo con una capacidad innata para adquirir el lenguaje. Gracias a su programa genético basta con que en su entorno las personas se comuniquen por medio de palabras para que los niños desarrollen la lengua en la que están inmersos. Noam Chomsky fue el primero en hablar de la existencia de una gramática universal innata definida en nuestra dotación genética.
El lenguaje es una de las ventajas genéticas por las que los humanos nos hemos adaptado al medio y hemos podido sobrevivir, al ser una herramienta que facilita la coordinación entre los miembros de la especie. El lenguaje también permite la transmisión de experiencias y conocimiento, no solo entre convivientes sino incluso entre distintas generaciones, lo que garantiza el traspaso de información a lo largo del tiempo.
El lenguaje está relacionado con la inteligencia de forma bidireccional. A mayor inteligencia se produce mayor lenguaje y el lenguaje, a su vez, es una herramienta fundamental en el desarrollo de la inteligencia.
¿Cuáles son los mecanismos por los que se adquiere el lenguaje?
El ser humano viene predispuesto a la comunicación. El desarrollo normal del lenguaje va a depender en gran medida de la exposición a la lengua materna en un ambiente que le permita oirla, entenderla, recordarla y practicarla interactuando socialmente con otros hablantes.
La adquisición del lenguaje se inicia ya en el tercer trimestre de gestación. Hacia las 26 semanas de gestación el oído está lo suficientemente desarrollado para percibir los sonidos de las palabras que se emiten en el exterior.
El recién nacido muestra una preferencia por la voz humana con respecto al resto de sonidos y reconoce la voz de su madre, a la que reacciona con más intensidad que ante la voz de un extraño. Prefiere las voces femeninas, con un tono más agudo que las masculinas.
Antes de aprender a hablar el bebé usa un tipo de comunicación preverbal. Así, desde el nacimiento los bebés imitan de manera refleja expresiones faciales y al muy poco tiempo empiezan a interactuar socialmente a través de gorgojeos y sonrisas. Estas imitaciones sugieren un mecanismo innato de conexión entre lo que ven y lo que hacen los bebés. Es la función de las neuronas espejo, descubiertas por Rizzolatti en 1996, que serán una de las bases del aprendizaje y de la empatía.
Un poco más adelante cuando el bebé está cogido en brazos de un adulto puede compartir la experiencia de prestar atención visual a algún objeto. Se establece la experiencia visual conjunta. Tu bebé mira algo cuando se lo enseñas. A partir de la experiencia visual conjunta va aprendiendo y captando elementos del lenguaje del adulto. Esta relación triangular niño-objeto-adulto es la base del aprendizaje y la educación, según Vygotsky. La capacidad comunicativa irá incrementándose en los siguientes meses a medida que va desarrollando su capacidad de compartir un centro de atención y de entender lo que el adulto le quiere transmitir y lo que en ese momento se espera de él.
Sobre esta base comunicativa se insertarán posteriormente los códigos lingüísticos pertenecientes a su lengua materna, que en estas edades se adquiere con enorme velocidad, primero en sus aspectos comprensivos y más adelante en los expresivos. Cuanto más tiempo pase en brazos del adulto más oportunidades tiene de aprender y de comunicarse.
Al ser el aprendizaje del lenguaje un gran proceso de imitación, cuanto más expuestos estén los niños a los sonidos y las expresiones faciales del adulto más rápido y fluido será su aprendizaje. Para la práctica del lenguaje serán fundamentales las habilidades motoras para imitar los movimientos orales de las personas cuando hablan, por eso es fundamental hablarles y cantarles cara a cara para que vean cuáles son los movimientos fonatorios que producen el lenguaje. Como dato curioso, durante la pandemia del Covid-19, muchos niños han tenido retrasos en el lenguaje por culpa de las mascarillas. Principalmente porque las mascarillas cubrían las bocas de los padres gran parte del día y los niños no podían ver los movimientos fonatorios.
Los niños van adquiriendo el lenguaje a medida que entienden las situaciones cotidianas, que se van repitiendo en el tiempo, en el día a día. Por eso es preferible un entorno estructurado donde los acontecimientos sean, en cierta medida, previsibles.
La riqueza de vocabulario del entorno familiar y el acceso a lecturas son la mejor influencia para desarrollar el lenguaje.
¿Qué puedes hacer para favorecer el aprendizaje del lenguaje?
0 - 6 meses
Durante los primeros seis meses de vida, tu bebé alcanzará hitos importantes en su desarrollo auditivo y comunicativo. Estos hitos marcan el comienzo de su viaje hacia el entendimiento y la producción del lenguaje:
1 mes: El bebé reacciona girándose hacia la voz humana y fija la mirada, al menos un momento, en la cara de su madre mientras ésta le habla.
2 meses: El bebé conoce las voces de sus padres y ha aparecido la sonrisa afectiva, o lo que es lo mismo, la sonrisa como forma de comunicación.
3 meses: El bebé entra en una etapa de balbuceo rudimentario, le gusta hacer sonidos con la voz, a veces con soniquetes repetitivos.
5 meses: El bebé produce los primeros sonidos con la combinación de consonante y vocal. Puede emitir sonidos como la-la-la, ma-ma-ma…
Recomendaciones:
Desde el nacimiento hasta los 6 meses, es crucial proporcionar un ambiente rico en estímulos auditivos y visuales:
Exploración de sonidos: Los sonidos cotidianos, como los de un sonajero, papel arrugándose, llaves tintineando, e incluso la música de Mozart, pueden ser fascinantes para tu bebé. Estos sonidos no solo captan su atención, sino que también fomentan su curiosidad y su desarrollo auditivo.
Comunicación afectiva: Hablarle a tu bebé en un tono suave y cariñoso, especialmente durante los momentos de cercanía como al tenerlo en brazos o al cambiarlo, fortalece vuestro vínculo. Cantar y mover sus brazos y piernas al ritmo de la música no solo es divertido, sino que también ayuda a desarrollar su memoria a través de la repetición.
Llámale por su nombre: Usar su nombre con frecuencia le ayuda a reconocerlo y responder a él. Esto es importante incluso en momentos en que no te esté mirando directamente, ya que fomenta la noción de identidad y pertenencia.
Interacción visual y vocal: Mantener contacto visual mientras hablas o cantas a tu bebé es fundamental. Varía tu tono de voz y juega con diferentes sonidos. Esta interacción enriquece su experiencia auditiva y visual, estimulando su desarrollo lingüístico y emocional.
6 - 12 meses
Durante la segunda mitad del primer año de vida, tu bebé alcanzará hitos emocionantes en su desarrollo comunicativo y lingüístico. Estos hitos son señales claras de su creciente comprensión del mundo que lo rodea y de su habilidad para interactuar con él:
6 - 8 meses: Aparece el balbuceo canónico, con sonidos de sílabas parecidas a las de su idioma materno. Así puede emitir sílabas como "papa" y "mama" o "patata", pero todavía no sabe lo que significan. Aparecen las conductas protodeclarativas, consistentes en señalar con el dedo y/o la mirada de tal forma que consigue que el adulto comparta su atención sobre un objeto externo.
9 meses: Aparecen las conductas protoimperativas, son gestos o vocalizaciones con los que indica lo que quiere al adulto que le cuida. Entiende el "NO" de sus padres.
12 meses: Reconoce su nombre y ya sabe cómo se llama. Usa al menos dos palabras con significado: papá, mamá…
Recomendaciones:
Estimulación de sonidos: Continúa fomentando el desarrollo auditivo y lingüístico de tu bebé con ejercicios como tapar su boca de manera intermitente o mover sus labios suavemente para estimular la producción de nuevos sonidos durante su fase de balbuceo.
Atención conjunta: Haz que tu bebé participe activamente en tu mundo, nombrando objetos que usas o ves en el entorno. Esta práctica no solo enriquece su vocabulario, sino que también le enseña sobre el mundo que lo rodea.
Exploración durante paseos: Aprovecha los paseos para señalar y nombrar objetos en movimiento, como pájaros, perros y coches, e imita los sonidos que hacen. Esto no solo es divertido, sino que también es una herramienta educativa valiosa.
Respuesta emocional positiva: Celebra los intentos de tu bebé de comunicarse, ya sea mediante gestos, sonidos o expresiones faciales. Jugar con diferentes expresiones y sonidos, como silbar o soplar, fomenta su desarrollo social y comunicativo.
Música y ritmo: La música es una herramienta maravillosa para el desarrollo lingüístico. Cantarle a tu bebé no solo refuerza su sentido del ritmo, sino que también facilita la comprensión del lenguaje.
Instrucciones simples: Dale a tu bebé instrucciones claras y simples, como “Dame la cuchara” o “Ven aquí”. Esto no solo mejora su comprensión lingüística, sino que también fomenta su capacidad para seguir instrucciones y participar activamente en su entorno.
1 - 2 años
Este es uno de los periodos más mágicos, tanto para ti como para tu hijo. Para ti porque es divertidísimo verles chapurrear el idioma y para tu hijo porque por fin puede empezar a expresar lo que tiene en la cabeza con palabras.
15 meses: El vocabulario empieza a ampliarse. A los 15 meses usa unas 15 palabras, que muchas veces son una aproximación a la palabra real.
18 meses: Reconoce unas 50 palabras que designan objetos comunes. En su vocabulario predominan los bisílabos repetitivos (pi-pi: pájaro, te-te: chupete, etc.) Practica el habla holofrástica: frases de una palabra entendibles en un contexto; así una misma palabra, por ejemplo “guau”, puede expresar varias cosas: el perro, el caballo, mira el perro, me da miedo el perro…
Recomendaciones:
Retirada progresiva del chupete: Limita el uso del chupete durante el día para evitar que interfiera con el desarrollo verbal. Puedes permitir su uso durante las siestas o en la noche hasta los 2 años.
Limita la exposición a pantallas: Evita el uso de televisión, tabletas, móviles y videoconsolas, ya que pueden contribuir al déficit de atención y a problemas de visión. En su lugar, prioriza pasar tiempo al aire libre, fomentando actividades físicas y la exploración del entorno.
Fomenta el amor por la lectura: Adquiere libros llenos de ilustraciones y utiliza palabras sencillas para describirlos. Anima a tu hijo a señalar objetos en los libros. Lee cuentos ilustrados a diario y enséñale a pasar las páginas para fomentar su interés por los libros desde temprana edad.
Escucha activa: Escuchar a tu hijo es fundamental. Valorar sus intentos de comunicación refuerza su motivación para seguir aprendiendo y usando el lenguaje. Procura mantener conversaciones cara a cara siempre que sea posible.
Canto y habla cara a cara: Al hablar y cantar mirándolo directamente, tu hijo puede observar cómo articulas las palabras. Incorpora gestos y referencias a partes del cuerpo para hacer la experiencia más interactiva.
Juegos de rol y títeres: Los muñecos y los juegos de roles, como hacer guiñoles o jugar con familias de animales, son excelentes para estimular la imaginación y el desarrollo lingüístico.
Rutinas diarias: Utiliza las rutinas cotidianas para enseñarle sobre secuencias y orden. Preguntas como "¿Qué vamos a hacer primero?" y luego "¿Y después?" ayudan a organizar su pensamiento y mejorar su memoria de trabajo.
Paciencia en la comunicación: Evita apresurar a tu hijo al hablar. Dale tiempo para procesar y responder antes de repetir una instrucción. Esta paciencia fomenta un entorno de aprendizaje tranquilo y seguro.
2 - 4 años
2 años: Tu hijo empieza a combinar palabras para formar frases simples de varias palabras. Este es un gran paso en la comunicación, ya que comienza a unir conceptos para expresar ideas más complejas.
3 años: Se entiende con claridad el 75% de lo que habla.
Recomendaciones
Estimula la creatividad: Al leerle cuentos, invítalo a imaginar e inventar el final de la historia. Esto no solo fomenta su creatividad, sino que también le ayuda a practicar la construcción de narrativas propias.
Conversaciones sobre actividades diarias: Habla con tu hijo sobre lo que está haciendo, lo que acaba de hacer y lo que hará después. Esta práctica es crucial para ayudarlo a comprender y usar los tiempos verbales correctamente.
Fomenta la curiosidad y el aprendizaje: Si surge una palabra desconocida, buscadla juntos. Mostrar curiosidad y el hábito de buscar respuestas son comportamientos valiosos que tu hijo aprenderá por imitación.
Expresión de emociones: En esta etapa, el niño adquiere la habilidad de comunicar sus emociones de manera más efectiva sin necesidad de recurrir al llanto o a las pataletas. Es fundamental enseñarle palabras adecuadas para expresar y nombrar sus emociones, lo cual contribuye a su bienestar emocional y a la comprensión de que todas las emociones son normales y manejables.
Desarrollo de habilidades sociales: Las habilidades sociales son esenciales para la interacción con otros. Enséñale a saludar, a pedir las cosas por favor, a dar las gracias, y a pedir disculpas. Estos son pilares básicos para relaciones interpersonales saludables y respetuosas.
Fomento del sentido del humor: El desarrollo del sentido del humor es una parte importante de su crecimiento emocional y social. Juega con él, haz chistes simples y ríete de las situaciones cotidianas. Esto no solo hará que vuestro día a día sea más alegre, sino que también le ayudará a entender el contexto social y emocional del humor.
4 - 6 años
4 años: El niño alcanza un nivel de pronunciación que permite a personas ajenas a la familia entenderlo sin dificultad. Empieza a utilizar palabras más complejas incluyendo el uso de verbos en tiempo pasado. Este progreso indica no solo un aumento en su vocabulario, sino también en su comprensión de la estructura temporal del lenguaje.
5 años: Se logran oraciones sin errores gramaticales significativos. Esta etapa muestra una consolidación de las reglas gramaticales básicas del idioma.
6 años: El niño domina todos los sonidos del idioma materno, marcando un hito importante en su desarrollo fonético. Esta habilidad es esencial para la lectura y escritura eficaces, habilidades que comenzará a desarrollar y perfeccionar en el entorno escolar.
Recomendaciones:
Fomenta la lectura independiente: A medida que mejora su capacidad de reconocer palabras y comprender historias, es importante fomentar el amor por la lectura ofreciéndole libros apropiados para su edad. La lectura independiente no solo mejora sus habilidades lingüísticas, sino que también estimula su imaginación y pensamiento crítico.
Juegos de roles y narración de historias: Participa en juegos de roles y alienta la narración de historias. Estas actividades promueven el uso creativo del lenguaje y ayudan a entender estructuras narrativas complejas, además de fomentar la empatía y las habilidades sociales.
Conversaciones sobre el día a día: Mantén conversaciones significativas sobre su día, lo que les permite practicar tiempos verbales y enriquecer su vocabulario. Este intercambio fomenta también habilidades de escucha activa y expresión personal.
Actividades lúdicas que impliquen reglas y turnos: Los juegos de mesa educativos o actividades grupales que requieren seguir reglas y esperar turnos son excelentes para desarrollar habilidades lingüísticas en un contexto social, fomentando el respeto, la paciencia y la comunicación efectiva.
Incentiva la escritura: Proporciona oportunidades para practicar la escritura, ya sea mediante dibujos con descripciones, diarios personales o cartas a familiares. La escritura refuerza la comprensión ortográfica y gramatical, y permite expresar ideas y emociones de manera estructurada.
Corrección positiva: Al corregir errores lingüísticos, hazlo de manera positiva y constructiva, modelando la forma correcta sin desalentar sus intentos. Esto crea un ambiente de aprendizaje seguro y estimulante.
Os dejo algunos libros para que podáis profundizar en el tema:
Cómo aprenden los niños el lenguaje - William O'Grady
El instinto del lenguaje - Steven Pinker
Language development - Erika Hoff
Te felicito, Daniel, por tu labor. Excelente trabajo en el fundamento científico y muy acertadas reflexiones en los diferentes documentos. He difundido entre mis numerosos contactos de mi colectivo profesional.
Gracias por tu generosidad.
Además Urda nos une.