En la edición anterior: #2 ¡Cuidado con las pantallas! tratamos los efectos negativos que las pantallas pueden tener en nuestros hijos, llegando a convertirse en algunos casos en adicción. Ahora vamos a ver la otra cara de la moneda. Vamos a ver cómo la tecnología puede potenciar el desarrollo de nuestros hijos y vamos a analizar algunas de las herramientas que les pueden ser muy útiles en su futuro. También vamos a ver las 4 mejores medidas para garantizar que nuestros hijos usen las pantallas de forma responsable. ¡Vamos a ello!
Facilitación del aprendizaje visual y multisensorial
Las pantallas permiten un aprendizaje visual y multisensorial, que es crucial para los estudiantes con diferentes estilos de aprendizaje. Los recursos visuales, como vídeos educativos y presentaciones interactivas, pueden ayudar a explicar conceptos complejos de manera más clara y comprensible.
Acceso a recursos educativos Ilimitados
Las pantallas no solo abren las puertas a una amplia gama de recursos educativos en línea, como libros electrónicos, bases de datos académicas y tutoriales, si no que también permiten el acceso a clases impartidas por eminencias en diversas materias. Este acceso a expertos de renombre mundial transforma radicalmente las oportunidades educativas disponibles para los estudiantes. Esta democratización del aprendizaje es uno de los mayores beneficios de la tecnología educativa moderna.
Un ejemplo muy chulo es MasterClass, una plataforma que permite a los estudiantes aprender de figuras de renombre en sus respectivos campos. Pueden encontrar clases impartidas por expertos y celebridades en áreas tan diversas como la escritura creativa, la cocina, la música y el cine. Por ejemplo, los aspirantes a escritores pueden aprender de Margaret Atwood, mientras que aquellos interesados en el cine pueden acceder a lecciones de Martin Scorsese. Imagina que a tu hijo le gusta el baloncesto y le puede enseñar el mismísimo Stephen Curry a tirar triples.
El aprendizaje personalizado
La tecnología permite un aprendizaje más autónomo y personalizado. Los niños van a poder ir avanzando a su propio ritmo, repasar materiales según sea necesario y acceder a contenidos adaptados a sus necesidades y niveles de habilidad individuales.
Esta es una de las áreas que yo estoy siguiendo más de cerca. El auge de la inteligencia artificial y los Large Language Models que están revolucionando decenas de industrias también está impactando a la educación como la conocemos hoy en día. Ya podemos interactuar con estos Large Language Model y pedirles que hagan de profesores o de tutores para nosotros. Y es cierto que a veces "alucinan" y que hay que supervisar bien lo que dicen, pero esta tendencia es imparable. Muchos creen que va a ser una de las grandes revoluciones de este siglo. Por eso, no debería sorprendernos que una buena parte de la educación ocurra a través de estos sistemas en pocos años. No creo que vayan a sustituir la tarea que profesores y padres hacen, porque obviamente, la educación es mucho más que contenido. Pero creo que bien usados, podemos dar súper poderes a profesores y padres para educar a los niños. Os recomiendo 100% que los pruebes. Te dejo algunos ejemplos:
Aquí, pidiéndole a ChatGPT que nos explique un concepto complejo adaptado a las necesidades del estudiante:
Incluso nos podemos poner creativos y que nos enseñe algún concepto complicado de forma divertida y adaptada a los más pequeños:
A modo de curiosidad, nuestra Súper Neurona, está diseñada con un LLM:
Preparación para el futuro digital
El uso de distintas tecnologías prepara a los estudiantes para un mundo cada vez más digitalizado. Mientras las usan, los niños desarrollan habilidades tecnológicas esenciales para su futuro profesional y personal. Esto es bueno y necesario. Pero, la cuestión clave es cuándo introducir a nuestros hijos a dichas tecnologías para que se aprovechen de todo su potencial sin que esto conlleve los problemas que vimos en Pantallas - Parte I.
Te muestro ahora varias de estas herramientas y te explico la edad recomendada para empezar a usarlas así como los beneficios que pueden traer para tus hijos:
Internet:
Edad recomendada: A partir de los 3-5 años bajo supervisión estricta; navegación más independiente a partir de los 8 años.
Beneficios: Facilita el acceso a recursos educativos amplios, promueve el aprendizaje interactivo, y desarrolla habilidades de investigación y curiosidad.
Redes sociales:
Edad recomendada: Preferiblemente a partir de los 15-16 años para un uso consciente y maduro.
Beneficios: Fomenta habilidades de comunicación y sociales, permite la expresión personal creativa, y puede ser una vía para mantener relaciones y participar en causas sociales.
¡Ojo! Bajo mi punto de vista hay muchas redes sociales donde los perjuicios son mucho mayores que los beneficios, y su uso no se recomienda ni para niños ni para adultos si lo miramos desde el punto de vista del desarrollo y la salud mental.
Videojuegos:
Edad recomendada: Juegos simples desde los 3 años; para juegos más complejos y en línea, desde los 7-8 años con supervisión.
Beneficios: Contribuye al desarrollo de habilidades cognitivas como la solución de problemas, el pensamiento estratégico, y la colaboración en equipo.
Plataformas de vídeo (YouTube, Netflix):
Edad recomendada: Contenido infantil a partir de los 2 años con moderación; uso más independiente a partir de los 7-8 años.
Beneficios: Ofrece acceso a contenido educativo y de entretenimiento, puede ser una herramienta para aprender sobre diversas culturas e ideas.
Herramientas de aprendizaje online:
Edad recomendada: Desde los 3-5 años para aplicaciones diseñadas para preescolares, variando según la complejidad.
Beneficios: Apoyo al aprendizaje académico, mejora de habilidades específicas, y promoción del aprendizaje autónomo y personalizado.
Large Language Models (LLMs) como ChatGPT:
Edad recomendada: A partir de los 12-13 años, con supervisión parental y enseñanza sobre seguridad en línea.
Beneficios: Ayuda a desarrollar habilidades de escritura y pensamiento crítico, proporciona una herramienta para explorar una amplia gama de conocimientos y fomenta la curiosidad intelectual.
Correo electrónico:
Edad recomendada: Para uso supervisado desde los 7-8 años; más independiente a partir de los 10-12 años.
Beneficios: Desarrolla habilidades de comunicación escrita, enseña organización y gestión del tiempo, y es una habilidad esencial para la vida académica y profesional.
¿Qué medidas debemos tomar?
Dada la creciente evidencia de los efectos negativos del uso prolongado de pantallas en la salud de los niños, es importante que los padres y cuidadores tomen medidas proactivas. Éstas incluyen:
Limitar el tiempo de pantalla: La Academia Americana de Pediatría (AAP) ha recomendado la siguientes pautas:
Menores de 18 meses - Evitar el uso de pantallas excepto para videollamadas puntuales.
Niños pequeños (18-24 meses) -Se puede introducir tiempo de pantalla con contenido de alta calidad, pero es crucial que los padres o cuidadores lo elijan cuidadosamente y lo vean junto con el niño para ayudarles a entender lo que están viendo. La AAP no hace recomendación del tiempo, pero yo entiendo que menos de 30 minutos al día.
Preescolares (3-5 años) - Limitar el tiempo de pantalla a 1 hora al día de contenido educativo y de alta calidad. Los padres deben co-visualizar y discutir el contenido con sus hijos para asegurarse de que lo entienden y pueden aplicarlo en su entorno.
Niños en edad escolar (6-13 años) - No se especifica un límite exacto de tiempo, pero es importante asegurar que el tiempo de pantalla no interfiera con el sueño adecuado, la actividad física y otras actividades saludables. Yo diría que un límite de 1 hora diaria me parece más que suficiente.
Adolescentes (14-17 años) - Al igual que con los niños en edad escolar, no se establece un límite específico de tiempo. El enfoque debe estar en mantener un equilibrio saludable entre el tiempo de pantalla y otras actividades vitales para su desarrollo, como el sueño suficiente, la actividad física, el tiempo en familia, y el tiempo con amigos cara a cara.
Promover pausas regulares: Animar a los niños a tomar descansos frecuentes utilizando la regla 20-20-20; cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos.
Fomentar actividades al aire libre: Incentivar el tiempo al aire libre para exponer a los niños a la luz natural y darles un descanso de las pantallas.
Consultas oftalmológicas regulares: Realizar exámenes visuales periódicos para detectar y tratar a tiempo cualquier problema visual.
Como siempre, os traigo una serie de libros para que puedas profundizar en el tema si te interesa:
"Glow Kids: How Screen Addiction Is Hijacking Our Kids - and How to Break the Trance" de Nicholas Kardaras. Este libro profundiza en la investigación sobre cómo el uso excesivo de pantallas puede afectar negativamente el cerebro en desarrollo de los niños y ofrece estrategias para mitigar estos efectos.
"Screenwise: Helping Kids Thrive (and Survive) in Their Digital World" de Devorah Heitner. Heitner proporciona consejos prácticos para ayudar a los niños a navegar por el mundo digital, promoviendo un uso de la tecnología que sea responsable y enriquecedor.
"Reinicia el cerebro de tu hijo" de Victoria L. Dunckley. Este libro argumenta que el excesivo tiempo frente a pantallas puede causar un trastorno que afecta negativamente el estado de ánimo, el enfoque y el comportamiento de los niños, y ofrece un plan detallado para revertir estos efectos.
"Minimalismo digital: En defensa de la atención en un mundo ruidoso" de Cal Newport. Aunque este libro se dirige más a adultos, ofrece una filosofía valiosa sobre cómo minimizar el uso de la tecnología digital para vivir una vida más enfocada y significativa, lo cual puede ser aplicable al establecer normas familiares sobre el uso de la tecnología
Fenomenal, Daniel
No hay que demonizar la herramienta, que creo que es estupenda y con un recorrido amplísimo, sino su uso inadecuado.
Pienso que tenemos que preparar a nuestros hijos e hijas, como padres y educadores que somos, acerca del uso correcto y las ventajas que nos puede ofrecer, eso sí, sin olvidar los inconvenientes.
Quizás tenemos un reto enorme por delante, intentar adaptarnos a la celeridad que exigen los avances tecnológicos y al mismo tiempo convertirlos en un instrumento de mejora para nosotros mismos.