Llevamos castigando a nuestros hijos miles de años. Desde los innumerables castigos férreos que se narran en La Biblia hasta la total permisividad por la que abogan algunos educadores en la actualidad. Castigar no es fácil. A nadie le gusta castigar y a nadie le gusta ser castigado. Entonces, ¿por qué castigamos?
Que bueno!
Muy relevante e interesante! Gracias por compartir Daniel
Hola Daniel!
Soy Nélida, una vieja amiga de tus padres.
Tu propuesta me parece muy interesante!
Pero he navegado un poco y me encuentro con el inglés.... No he sabido ver la opción de utilizar sólo el castellano...
Genial!
Información clara y útil!